Los gins ingleses y escoceses tienen algunas diferencias clave en cuanto a su sabor, proceso de elaboración y tradición. En este blog, explicaremos cómo afectan al perfil de cada tipo de gin.

Orígenes y tradición

El gin inglés se originó en Londres en el siglo XVII y se hizo popular durante la época victoriana. Se caracteriza por ser seco, con un sabor a enebro pronunciado y una complejidad de sabores que provienen de la mezcla de botánicos utilizados en su elaboración. 

El gin escocés también tiene una tradición bastante antigua, que se remonta a los años 1700. Aunque su perfil de sabor es similar al del gin inglés, el gin escocés tiende a ser más suave y menos seco, y a menudo tiene notas de cítricos y hierbas. Algunos gin escoceses también se elaboran con malta, lo que les da un sabor más suave y redondeado.

Botánicos

Los gin ingleses suelen utilizar enebro, cilantro, raíz de angélica, raíz de lirio y cítricos como limón y naranja amarga. Sin embargo, los gin escoceses pueden utilizar una amplia variedad de botánicos, incluyendo bayas de enebro, cilantro, raíz de angélica, cardamomo, casia, nuez moscada, regaliz y otros ingredientes locales.

Proceso de elaboración

El gin inglés se elabora mediante una doble destilación en alambiques de cobre, que le da su sabor seco y limpio. Por otro lado, el gin escocés a menudo se elabora en alambiques de columna, que le da un sabor más suave y redondeado.

Algunos gin ingleses se dejan macerar durante varias horas, mientras que otros se maceran durante varios días. Los gin escoceses también pueden tener diferentes tiempos de maceración, dependiendo de la receta utilizada.

La elección entre un gin inglés o escocés dependerá del gusto personal de cada persona, pero ambos tipos son una deliciosa adición a cualquier cóctel o gin tonic.